Saben que amo las historias! Es una de la razones por las que me apasionan las antigüedades.
Hoy quiero compartir una muy especial con ustedes.
Desde siempre escuché miles de relatos de mi esposo que refería a una gran amiga de su infancia. Marianita y los juguetes. Marianita y los helados. Marianita y el loro Pedrito. Historias infantiles de complicidad y amistad. Debo decir que si bien conocía la andanzas de esa pequeña, nunca había tenido otro lazo con ella.
Durante años por esas cuestiones de la vida, perdieron el contacto.
Hace unos días Marianita, conociendo que nos dedicabamos a la restauración de antigüedades, se puso en contacto con Mariano (mi marido) para restaurar un mueble que era de su abuela.
La historia de su abuela se parece a la de tantos inmigrantes que vieron en nuestro país un lugar donde hacer sus sueños de paz y prosperidad realidad. Y en nuestras tierras del sur establecer su familia.
Jeannette y Mario llegaron de China en el año 48, escapando de la llamada Guerra de la liberación, porque en sus corazones sabian que la única liberación era construir un futuro en paz.
Cargados de ilusiones. Con lo que tenían puesto y una bella vitrina llegaron a Argentina. Con una desición firme, hacer grande a ésta nación con su mejor herramienta: manos listas para trabajar y ansias de construir un mejor futuro.
Es esta bella vitrina, la que llegó a nuestras manos.Y es también ella la gran protagonista de la historia que quiero contarles.
Hermosa historia!!!
Nada mejor que las historias reales!
Que linda historia, llena de vida y bonitos recuerdos, me encanto.
Como a ti, nos encantan las historias y la que nos presentas nos ha llamado mucho la atención, además los muebles con este encanto siempre aportan mucha luz!
Que historia tan bonita, me encantó, me puso los pelo de punta, es increíble. Un mueble con personalidad propia y con esa carga histórica tiene que ser un bien muy preciado para la familia que lo acogió desde sus comienzos. Sois unos artistas le habéis dado mas luz si es posible. Besos.
¡Hola!
Y es por eso que a mi también me encantan las antigüedades, porque todas ellas tienen detrás infinidad de historias.
Son piezas, por decirlo de algún modo, con alma, con vida.
Sobre la vitrina, y su «vida», ¿qué decirte? Que me ha encantado mil que la compartieras con nosotros, y como no, que espero que por muchos años más, acompañe a la familia y les brinde esos bellos recuerdos de todos sus antepasados.
Besotes
A día de hoy no podríamos escribir historias como estas, porque no suele haber muebles heredados en las casas, todo nuevo y low cost sin ningún valor sentimental. Qué bueno que la vitrina sobreviviera a tanto trasiego,bss!