El metal representa la energía del otoño. Es una energía activa concentrada hacia adentro. Enfocada a nuestro interior. Simboliza la introspección y autodescubrimiento. La fortaleza, la honestidad y la justicia.
En su aspecto negativo y en exceso se asocia a la construcción de cerrojos, candados, armas, celdas o jaulas. Es decir, todo aquello que restringe la libertad o pone límites y orden. De hecho, el metal representa la experiencia, la madurez, pero en exceso incrementa el riesgo de ser autoritario y frío.